El dólar subió 7% en lo que va de julio, pero los analistas creen que no se trasladará a los precios

El tipo de cambio oficial tuvo su mayor alza mensual desde la salida del cepo. Por primera vez no se registró un traslado inmediato a precios y las consultoras creen que el IPC rondará el 2%.

Economía30 de julio de 2025AA PRENSAAA PRENSA
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El dólar oficial tocó $1310 durante la rueda del martes, valor nominal récord desde la salida del cepo, aunque sobre el final de la rueda bajó a $1300. Esto significa que el tipo de cambio oficial acumula un aumento del 7% en lo que va de julio, la mayor suba mensual luego del fin de las restricciones para las personas humanas a mediados de abril, en un contexto de liquidación récord del sector agropecuario.

Sin embargo, la sorpresa en el mercado no pasa tanto por la suba del dólar, en un contexto de flotación cambiaria, sino porque, por primera vez, no se evidencian el impacto directo que suelen tener las depreciaciones del peso en la inflación. En julio, las estimaciones de inflación rondan el 2%, apenas por encima del 1,6% registrado en junio.

Lejos de la preocupación, en el mercado ven con buenos ojos esta depreciación del peso sin traslado a precios, por la mayor competitividad que puede aportar a la economía.

Juan Cruz Lekovic, magister en finanzas, analizó que desde el mínimo post salida del cepo, el Tipo de Cambio Real Multilateral de Argentina subió más de 15%. Este índice mide la evolución nominal de la cotización del peso argentino relativa a las monedas de sus principales socios comerciales, por lo que significa que la moneda se depreció en términos reales.

En los socios comerciales de Argentina se dio lo contrario, según analizó Lekovic: “Mientras que el peso se depreció versus el dólar, la mayoría de las monedas se apreció. Esto contribuyó a una mayor suba del tipo de cambio multilateral. De hecho, en ese período, el real de Brasil, nuestro principal socio comercial, se apreció poco más de 4%, frente al dólar norteamericano”.

En el cierre de la rueda del martes, el dólar mayorista cerró a $1290, una suba del 7,2%, el oficial a $1300 (+7%), el MEP a 1294 (+6,9%) y el CCL a $1290 (+6,6%). En el caso del dólar oficial, se trata de la mayor suba mensual post salida del cepo: en mayo y junio las subas no superaron el 1,5% entre puntas. En esos meses, la inflación fue 1,5% y 1,6%, respectivamente.

El escenario típico de devaluación y traslado a precios que hasta ahora tenía la Argentina no es habitual en otras economías. En Brasil, por ejemplo, en 2024 el real contra el dólar pasó de 5 a 6,20, es decir, se depreció la moneda. La suba del tipo de cambio fue del 24%, pero la inflación de Brasil en todo el año fue del 5%.

“Ese es un esquema de libre flotación que funciona, donde el tipo de cambio ajusta los desequilibrios. Hacia allá es a donde tenemos que ir”, planteó una fuente del mercado.

Si el dólar termina julio con una suba del 7%, el alza podría ser el triple que la inflación estimada para el mes. La inflación será de 1,8% para Eco Go, de 1,9% para Analytica, de 2% para Equilibra o de 2,1% para Econviews. El dato oficial del Indec se conocerá el 13 de agosto.

Con el fin de la liquidación récord de la cosecha, el mercado espera mayor presión en el dólar, sobre todo en un contexto previo a las elecciones legislativas bonaerenses y nacionales. Además, se sostiene el aumento de 29% de turistas argentinos que viajan al exterior, según el último informe del Indec para junio. La estacionalidad de mejora en la balanza comercial podría volver cuando pase el invierno.

El ministro de Economía, Luis Caputo, había dicho que el financiamiento de la deficitaria cuenta corriente, de US$5000 millones en el primer trimestre, iba a venir por el lado de la cuenta capital, pero hasta las elecciones el mercado no tiene expectativas por fuertes ingresos de divisas.

El bajo traslado a precios de la depreciación del peso se debe a cuatro motivos, según Federico Filippini, de Adcap Grupo Financiero. Enumeró: “expectativas ancladas”, sostenidas por el superávit fiscal del Gobierno. La “desindexación debilitada”, por la negativa del Gobierno a convalidar aumentos reales de salarios y ponerle techo a las paritarias. También, lo atribuyó a la “debilidad económica”, que limita la capacidad de las empresas de trasladar aumentos de costos ante una demanda retraída. Y sumó la liberalización comercial, que implica mayor oferta de bienes en la economía.

De esta manera, las miradas del mercado no están en la situación cambiaria, sino en la montaña rusa de las tasas de interés, y el impacto que eso puede tener en la actividad económica. “Esta volatilidad en las tasas, debido a que los bancos no encuentren un instrumento a su medida para el manejo de liquidez, no es bienvenida por la actividad”, consideró Andrés Reschini, de F2 Soluciones Financieras.

Si bien en el corto plazo una menor actividad correlaciona con una baja en las importaciones y eso implicará una menor presión en el tipo de cambio, Reschini agregó: “Eso en el corto plazo. Pero necesitás inversión y crédito para crecer y con volatilidad y tasas reales entre el 15/20%, es un freno”.

La actividad cayó 0,1% en mayo intermensual en mayo, según el Indec. En junio, la variación fue del 0%, según el anticipo de actividad que hace la consultora Equilibra. Para todo el 2025, el FMI sostuvo que la actividad crecerá 5,5%, en parte por el fuerte arrastre estadístico del 2024

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