Gustavo Zanchetta

Otorgaron la prisión domiciliaria al ex obispo Zanchetta, quien cumple una condena de 4 años y medio de prisio por haber sido encontrado culpable de abuso sexual en perjucio de dos exseminaristas.

Lo confirmó su defensor, Darío Palmier. El religioso fue condenado a 4 años y medio de prisión por abuso sexual de dos exseminaristas.

Testigos del caso fueron citados por Belda Iniesta en el marco de una “investigación preliminar”. Lo que avalaría al abogado canónico sería un decreto de la Santa Sede. El clero oranense cree que se trataría de represalias contra quienes participaron del proceso.

El viernes fue internado en una clínica privada y su abogado hace más de un mes pidió que el ex obispo obtenga la prisión domiciliaria. El lugar ofrecido para cumplir la pena es el Monasterio Nuestra Señora del Valle.

En las últimas semanas, el exbispo de Orán fue trasladado desde la cárcel local a centros de atención médica por un cuadro de hipertensión

La defensa del exobispo Gustavo Zanchetta, pidió la prisión domiciliaria para el religioso, que permanece detenido en la cárcel de Orán por abuso sexual a dos jóvenes que se formaban para ser sacerdotes.

El recurso fue planteado por la nueva defensa técnica del condenado y fue trasladado a la Unidad Carcelaria de Orán.

El ex obispo recibió la condena el viernes, deberá cumplir 4 años y 6 meses de prisión efectiva. El actual obispo de Orán se pronunció al respecto por primera vez y fue repudiado por seminaristas.

Tras conocerse la condena, tanto el Episcopado Argentino como la Diócesis de Orán emitieron comunicados solidarizándose con las victimas y llamando a la comunidad católica a erradicar las conductas abusivas dentro de la Iglesia.

El día de ayer, la Fiscalía pidió cuatro años y medio de prisión para el obispo emérito Zanchetta.

La Unidad Fiscal integrada por María Soledad Filtrín Cuezzo y Pablo Rivero brindó múltiples argumentos, sostenidos por los informes psicológicos y psiquiátricos realizados al ex obispo de Orán, para solicitar la pena. Pidieron, además, a los jueces, justicia para las víctimas.

Calificó como "sana" la relación que el tenía con los seminaristas que asistían a San Juan XXIII.