Estaba con su hermano, fue secuestrado y apareció acribillado en un descampado de La Reja

Apenas había pasado una hora del último día de enero y los hermanos Brian (31) y Alan (29) Silva estaban en la puerta de su casa de la localidad de Villa Trujui. De golpe, un Chevrolet Prisma frenó frente a ellos. Del lado del acompañante se bajó un sospechoso y le gritó a Brian “subí”. Él ingresó a la parte trasera del coche. Sería la última vez que lo verían con vida.

Segundos después, de otro vehículo que acompañaba al Prisma descendió un hombre armado. Se acercó a la parte trasera, donde estaba Brian, y disparó varias veces hacia el interior. Alan fue testigo directo del ataque, pero no supo qué pasó con su hermano hasta el atardecer de ese mismo día.

Es que los homicidas huyeron, llevándose a Brian con ellos. El cadáver apareció más de 18 horas después en un descampado de la localidad de La Reja, y mientras los investigadores buscaban a Silva con desesperación. “Tenía cinco orificios de bala”, dijeron fuentes del caso.

Para la Justicia, los asesinos son parte de una banda narco que opera en esa zona del partido de Moreno, pero los detectives del caso que comanda la fiscal Carina Saucedo de la UFI N°2 no creen que se haya tratado de un ajuste de cuentas. Al menos, por ahora.

Una de las hipótesis de la incipiente investigación señala que a Brian lo mataron porque se oponía a la venta de drogas en el barrio Santa Brígida, donde vivía y de donde se lo llevaron. El crimen se habría cometido como represalia.

“Los vecinos comentaron que la víctima les hacía frente porque le molestaba que vendieran drogas en su barrio. Lo que aún no se conoce es la motivación de su batalla, si era por realmente libraba su lucha contra los narcos o por otras cuestiones”, explicaron.

Ahora, los investigadores analizan las cámaras de seguridad de la zona para dar con el paso del Chevrolet Prisma y el otro vehículo en el que se movilizaban los asesinos: son, al menos, cuatro los sospechosos y a uno de ellos, el que apretó el gatillo, se lo conoce como Jairo.

Mientras tanto, se analiza la participación de un tercer coche, marca Renault: “No sabemos si pasaba por el lugar y quedó en medio de la situación o lo usaban de apoyo”, subrayaron. En ese contexto, la Policía realizó varios allanamientos, que incluyó cinco domicilios de la localidad de San Miguel.

Las fuentes comentaron que Brian tenía una condena de 2017 por portación de armas y violación de domicilio. Incluso, se deslizó que “tendría una adicción, la que a veces lo motivaba a robarle droga a transas”, pero nadie la corroboró. En ese contexto, buscaban determinar las actividades en los últimos tiempos de la víctima.

El cuerpo de Brian fue hallado a más de 20 kilómetros de donde lo secuestraron por un grupo de vecinos de la localidad de La Reja. Estaba entre medio de unos pastizales en el cruce de Benito Juárez y Roberto Williams, en la Reserva Municipal Los Robles que queda en cercanías al Dique Roggero. El hallazgo sucedió el mismo miércoles que lo balearon, pero a las 19.30, o sea, 18 horas y media después del ataque frente a su hermano menor.

El cadáver fue reconocido de inmediato por sus prendas, tatuajes y señas particulares. La Policía Científica, al examinar el cuerpo, constató que tenía cinco orificios de bala. Se espera el resultado de la autopsia para corroborar esa información.

La causa se investiga como un homicidio agravado.