Las charlas reservadas de Macri en Cumelén y el formato de un nuevo pacto con Milei

Antes de regresar a Buenos Aires, el ex presidente está enfocado en reordenar el partido pero transmite qué piensa de un acuerdo con el líder libertario.

Politica 14 de febrero de 2024 A2 Prensa A2 Prensa

Después que decidió recuperar la formalidad de la presidencia del PRO, las reuniones en Cumelén, frente a un idílico paisaje multicolor patagónico, se suceden con dirigentes de todo el país que peregrinan a Villa La Angostura. Primero fue de a uno, después de a pocos y los últimos fines de semana, de a bastante más. Líderes partidarios de rango diverso van allí a compartir análisis, pedir apoyos para internas de pago chico y conocer in voce novedades políticas. Si liderar es explicar y convencer, el ex mandatario está enfocado en eso. Y comparte definiciones que pueden ser decisivas para los próximos días. ¿Habrá un acuerdo con Javier Milei? ¿En qué términos?

El ex presidente ya avisó que está dispuesto a volver a ocupar la conducción partidaria. Cree que el PRO extravió su singularidad política e ideológica. E interpreta que el actual presidente libertario ocupó el vacío que dejó su partido producto de la desorientación tras la derrota del 2019, y la competencia salvaje y destructiva por el liderazgo y la sucesión que terminó, en 2023, con Juntos por el Cambio mirando de afuera la segunda vuelta.

Para entender el presente hay que observar la escena desde lo macro y las fuerzas en disputa. Y también hacer zoom y sumergirse en el micromundo del macrismo atávico, fundacional. Están, por un lado, Macri, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich y una interna que se acerca a un inevitable final. Y del otro lado está Milei, que en un momento de urgencias políticas por el traspié de su “Ley Ómnibus” percibe que puede tomar del PRO todo aquello que vaya a necesitar.

En este marco aparecen algunas definiciones que son clave, frente a este festival de versiones en las que abundan los intereses cruzados: en las conversaciones con Macri toma fuerza el rechazo a la fusión del PRO y La Libertad Avanza; el aval a algún tipo de integración parlamentaria; rechazo a un co-gobierno pero promover la incorporación de cuadros técnicos al Ejecutivo, no dirigentes políticos de alto perfil; y la posibilidad de empezar a discutir un acuerdo electoral con vistas al 2025 y más allá. Son, apenas, cuatro puntos que enfrían la pretensión unificadora de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

Quienes van a ver a Macri interpretan que hay una demanda del electorado propio y de la dirigencia para que lidere la nueva etapa. Él no se resiste a un operativo clamor en el que pueden advertirse rastros inconfundibles de autogestión. Tampoco hay otro referente con una representación simbólica suficiente para evitar, incluso, el peligro de desaparición del movimiento político fundado en 2001 por el entonces presidente de Boca Juniors, con retazos del PJ y la UCR porteñas, líderes independientes y jóvenes recién salidos de la Facultad.

Testigo de todo ese recorrido -que mutó de partido vecinal a gobernar Nación, provincia y ciudad de Buenos Aires en simultáneo- la ex ministra de Educación Soledad Acuña estuvo el sábado en ese exclusivo country del sur argentino. Trascendió que también fueron días atrás Guillermo Dietrich, Eugenio Burzaco y Joaquín de la Torre, tres líderes que suenan para desempeñar algún rol de importancia en el tiempo político que viene. Son algunos de los que se conocen, pero seguro habrá más. Hasta Rodríguez Larreta podría, dicen los que conocen esas rutinas reservadas. Antes o después del 19 de febrero, presumible fecha de regreso. Sobra tiempo.

En las charlas patagónicas, Macri transmite a sus interlocutores que la prioridad es definir la identidad del PRO, definir los bordes, los límites, aquello que lo define. Además, dicen que para el ex presidente el partido debe recuperar una conducción única, que evite los desvíos que lo desperfilaron en términos de ideas, programas y valores. “Qué somos y qué no somos”, resumen en diálogo con Infobae. Desde allí, cree el ex presidente, se puede plantear una negociación con Javier Milei, que tendrá una lógica ajena a un criterio transaccional.

Entre las primeras definiciones, el rechazo a una fusión del PRO y La Libertad Avanza es planteado de manera enfática por el ex presidente. Piensa en un formato similar a Juntos por el Cambio, pero sin la conducción del comité nacional de la Unión Cívica Radical, donde Martín Lousteau, tiene un rol central; ni la Coalición Cívica de Elisa Carrió, ni el peronismo alineado a los gobernadores. En Cumelén se escucharon críticas a la actuación del cordobés Martín Llaryora.

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