Hoy se conocería el veredicto por secuestro de Víctor Giménez

El empresario fue secuestrado en un falso control policial montado en B° Los Paraísos. Los secuestradores se comunicaron con su hijo exigiéndole el pago de cinco millones de pesos para liberarlo.

Judicial22 de diciembre de 2022AV prensaAV prensa
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Para hoy, en tanto, se espera que el tribunal presidido por el juez Domingo Batule y los vocales Abel Fleming y Gabriela Catalano, luego de escuchar las réplicas, dúplicas, no se descarta que den a conocer el veredicto sobre los delitos que pesan en los cuatro acusados en la causa.

Como estaba previsto, ayer el Tribunal Oral Federal 2 avanzó con la etapa de alegatos en el marco del juicio que se sigue contra Mario y Franco Campos, Ezequiel Toledo y Héctor Rodríguez, a quienes se les imputa el delito de secuestro extorsivo, doblemente agravado por la edad de la víctima y por la participación de tres o más personas, en calidad de coautores.

Mario Campos y Toledo, en tanto, también son juzgados por resistencia y atentado a la autoridad, en concurso real, mientras que todos los acusados enfrentan una demanda civil de cuatro millones por daño psicológico y psiquiátrico.

El juicio, que comenzó el 5 de octubre pasado, ya se encuentra en el final de su primera etapa, en la que se juzga la responsabilidad penal de los acusados llevados a juicio, en este caso por el Área de Casos Complejos de la Unidad Fiscal Salta, a cargo del fiscal federal Ricardo Toranzos, quien encabeza la litigación.

En la víspera, en una estrategia sorpresiva y que roza el escándalo, la defensa de Mario Campos, quien se presentó como el mentor del secuestro, cargó desde un inicio contra la víctima, a quien prácticamente le achacó el desenlace del hecho, ocurrido el 30 de noviembre pasado, cuando su cliente se estrelló contra la pared de una casa, en el barrio San Calixto, con la camioneta de Giménez, quien se salvó de milagro. 

La estructura del alegato, llamativamente, echó por tierra la declaración brindada por el propio Mario Campos al sacar pecho ante los jueces y erigirse como el líder de la banda, autor del plan delictivo y la persona que dirigió todo el raid delictivo.

Presumiblemente, se habría decidido cambiar la estrategia al percatarse de que nadie, en la sala de audiencia, le creyó. Incluso, a lo largo del debate, se advirtió que su hermano menor tiene mayor injerencia en los argumentos defensivos.

Otra posibilidad, que aparece como la más acertada, es que la decisión de invertir los roles y cargar contra la víctima, posiblemente responda a la declaración dada por Giménez, quien fue claro y contundente al recordar los padecimientos sufridos a manos de los acusados.

Más aún lo fue, al momento de llevarse adelante la reconstrucción del hecho que pidió la fiscalía, medida que podría terminar de inclinar la balanza. Es que, sobre el testimonio de Giménez, sumado al de otros testigos, como la dueña de la casa donde estuvo cautivo y la prueba pericial, la fiscalía no dejó dudas respecto tanto a la participación de todos los imputados, como así también el rol que cumplieron.

En su alegato, con fotos, audios, informes técnicos de impacto de los teléfonos de los acusados y las declaraciones de la víctima y testigos, el fiscal repasó punto por punto cómo se llevó adelante el secuestro de Giménez, a quien pretendían liberar sólo a cambio del pago de un rescate de 5 millones de pesos.

En contrapartida, y en busca de sacar de foco las pruebas en contra de sus clientes, las defensas, en especial la de los hermanos Campos y Toledo, cargaron contra los dichos de Giménez, afirmaron que el empresario aparentaba una edad menor, sin embargo, los argumentos dados al respecto perdieron verosimilitud comparados con la edad de sus clientes, la que no sobrepasa los 21 años, y la cantidad de los acusados.

De esta manera, y ensalzando la astucia del empresario, las defensas intentaron mostrar a los hermanos Campos y Toledo como unos inexpertos jóvenes, que en todo momento fueron manipulados por su víctima, a la que incluso, le llegaron a adjudicar el mando en las negociaciones por el pago del rescate.

Esta trama, sin embargo, solo se dejó de lado para asegurar que Giménez nunca pudo ver a todos los acusados, detalle que molestó a uno de los imputados, quien durante la reconstrucción del secuestro, no pudo ocultar su fastidio por los detalles que el empresario sumó sobre el hecho.

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