El 45,4% de los chicos menores de 14 años son pobres en Argentina

Los números del INDEC desnudan que el 45,4% de los chicos menores de 14 años son pobres en Argentina, confirmando a la pobreza infantil como el principal problema social del país.

29 de septiembre de 2025AA PRENSAAA PRENSA
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Si bien el gobierno festeja una supuesta baja en la pobreza -el dato es cuestionado por los principales observatorios no gubernamentales- su incidencia en la niñez es muy alta: en la Argentina, el 45,4 por ciento de los chicos de 0 a 14 años son pobres. Los números difundidos por el Indec, correspondientes al segundo semestre de 2025, muestran que la pobreza infantil es el principal problema social del país.

Si se mira por franjas de edad, la medición muestra que la pobreza está más extendida entre los chicos de entre 12 y 17 años, donde llega al 47,6 por ciento de ese subconjunto. Le sigue el grupo de entre 8 y 11 años, con 47 por ciento de sus integrantes pobres, y el de 0 a 5, con el 42,1 por ciento de pobres.

En comparación, el 27,7 por ciento de las personas de entre 30 y 64 años son pobres, mientras que entre los adultos mayores de 65 años la incidencia de la pobreza baja al 10,8 por ciento. Esta disparidad muestra la mayor vulnerabilidad de los niños y adolescentes frente a la pérdida de ingresos familiares.

Pobreza estructural en la infancia
El Observatorio de la Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina (UCA) dió a conocer, en julio, un informe que complementa el anterior, ya que está centrado en las condiciones de vida de las niñeces. No se refiere, como el anterior, a los ingresos, sino a la calidad de las viviendas y barrios en los que crecen. Esa investigación advierte que:

  • El 62,5 por ciento de los niños, niñas y adolescentes de áreas urbanas vive en barrios inseguros.
  • El 35,4 por ciento habita en viviendas con graves déficits de infraestructura.
  •  El 25 por ciento no tiene acceso a servicios sanitarios adecuados.

El informe lleva como título Creciendo en contexto y remarca que los déficits en el hábitat influyen en la alimentación, la socialización y la educación de los chicos. En ese sentido, advierte que “un entorno precario, sumado a la pobreza, agrava todo”. A modo de ejemplo, el Observatorio señaló que el 65,5 por ciento de los niños que viven en casas precarias no tiene una alimentación adecuada. Y que en barrios sin condiciones sanitarias, el 33,7 por ciento de los chicos tiene dificultades escolares. Incluso en sectores no pobres, los déficits ambientales duplican o triplican los niveles de atraso escolar.

Los indicadores de hábitat entre 2017 y 2024, mostraron algunos avances, pero hacia el final del período se evidenció un marcado retroceso. El déficit sanitario, que había bajado al 11,5 por ciento en 2022, volvió desmejorar hasta llegar al 22,5 por ciento en 2024. El déficit de infraestructura, que había mejorado hasta alcanzar el 30,5 por ciento en 2022, volvió a empeorar y cerró 2024 en el mismo nivel que en 2017: 35,4 por ciento.

Cuestionamientos

Por otra parte, la última medición de pobreza del INDEC ha recibido numerosos cuestionamientos.

Según el organismo, la pobreza disminuyó 21 puntos porcentuales con respecto al año pasado, es decir comparando el primer semestre de 2024 ( 52,9 por ciento) con el primer semestre de 2025 (31,6 por ciento).

La crítica de arranque al gobierno es que omitió hablar de los 12 puntos de pobreza registrados con posterioridad al 10 de diciembre de 2023, un pico de pobreza que fue responsabilidad de la propia gestión de Milei, provocado por la devaluación que aplicaron y su traslado a los precios de los alimentos.

Pero también, desde distintos observatorios y centros de estudios se pusieron en duda los datos en sí. Entre otros señalamientos:

El Observatorio de la Universidad Católica consideró que si bien hubo menos inflación y esto resultó un alivio, especialmente entre los más vulnerables, “la caída de la pobreza está sobrerrepresentada”. Es decir, no fue tan grande como dice el Indec. Los motivos son dos: el primero que hubo cambios en el cuestionario con el que el Indec mide los ingresos de la población, por lo que la última serie no es comparable con las mediciones previas. El segundo, que la canasta básica que utilizada para medir la pobreza es la de 2004/2005, cuando debería ser la de 2017/2018.

El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sumó una observación sobre un nuevo fenómeno, el de los trabajadores del sector privado, con empleo en blanco, que sin embargo son pobres porque sus sueldos han caído.

El CEPA tomó el dato de la mediana salarial (el monto del salario donde la cantidad de asalariados registrados se divide en mitades) y lo comparó con la evolución de la Canasta Básica Total.

Al hacerlo, encontró que los trabajadores en blanco no lograron recuperar lo perdido durante la gestión de Cambiemos. Los datos muestran que la mediana salarial neta pasó, entre finales de 2017 y finales de 2019, de superar a la CBT en 12 puntos porcentuales a quedar por debajo de la misma en 11,3 puntos porcentuales (una retracción de 23,3 puntos). Durante la actual gestión de Milei la relación llegó al mínimo de la serie (74,1%) para alcanzar, en junio 2025 a cubrir el 96,9% de la Canasta Básica Total.  

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