Siniestros viales, ¿Un negocio rentable y con muchos grises?

En los últimos tiempos, donde en nuestro país la inflación ha provocado un desconocimiento sobre lo que realmente valen las cosas, la reparaciones de los vehículos involucrados en un choque se han transformado en un ingreso muchas veces ilegitimo para el supuesto damnificado.

Salta08 de septiembre de 2022IR prensa3IR prensa3
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Presupuestos “inflados “e inescrupulosos, denuncias manipuladas y otras cuestiones poco claras, han provocado reclamos improcedentes y situaciones que no resisten el menor análisis.

Uno de estos casos, según una denuncia, se trataría de un Ford Fiesta modelo 2014, propiedad de Estela Luisa Díaz y conducido por Mauro Roberto Nicolás Gaspar, los cuales estarían exigiendo que se le repongan todas las partes “nuevas “en vez de reparar las leves abolladuras en un taller de chapa y pintura.

Las pretensiones de los particulares superarían EL TRIPLE de lo que realmente cobra el taller por su arreglo y pintura original. Además resulta incoherente pretender colocar “todo nuevo” a un auto que tiene varias decenas de miles de kilómetros, con más de 8 años de uso y cuyo incidente se podría calificar como “un siniestro menor “, ya que incluso no hubo daños en ninguna parte de la mecánica del auto, ni tampoco lesionados.

Lo llamativo es la voracidad manifiesta que pretendería generar un falso planteo de daños, puesto que ya habrían cobrado cien mil pesos de la compañía aseguradora, monto que supera largamente el real costo del arreglo. 

Al parecer, en la generalidad de estas situaciones se pretende sacar una buena tajada de dinero “extra” a la compañía de seguros y si es posible, también al propietario del otro vehículo involucrado, que encima como se sabe, debe pagar su propio arreglo exclusivamente de su bolsillo

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