Echaron de la diócesis al sacerdote que organizó la visita de los legisladores libertarios a los represores

Se trata de Javier Olivera Ravasi. La Iglesia fundamentó su decisión en que recibió “numerosas quejas fundados por sus expresiones y actitudes que se oponían al testimonio cristiano”.

15 de agosto de 2024AA PrensaAA Prensa
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Echaron de la diócesis al sacerdote, Javier Olivera Ravasi, que organizó la visita de un grupo de diputados de La Libertad Avanza a represores condenados por delitos de lesa humanidad, en la cárcel de Ezeiza, el 11 de julio pasado. Ravasi fue el cerebro de la reunión, como anticipó Sergio Rubin en TN, y estaba en una capilla del barrio privado San Benito en Ingeniero Maschwitz.

El arzobispado de Zárate-Campana, donde estaba establecido el religioso, argumentó tras tomar la decisión que recibieron “numerosas quejas fundados por sus expresiones y actitudes que se oponían al testimonio cristiano -máxime proviniendo de un sacerdote-” y que “se le pidió un cambio de actitud y comportamiento en su proceder”.

El obispado explicó en un comunicado que Olivera Ravasi “está incardinado en la Diócesis de San Rafael, provincia de Mendoza, fuera de la misma desde hace varios años”, y que “por razones familiares que aludió, solicitó residir en esta Diócesis de Zárate-Campana, la que se le concedió por el término de cuatro meses, desde el 20 de agosto de 2019 hasta el 31 de diciembre del mismo año”, y que “posteriormente dejó el lugar y retornó varias veces sin aviso alguno”.

En el comunicado aclararon: “Al no observarse hasta el presente el cambio requerido en su actitud, y teniendo en cuenta que el mencionado sacerdote no pertenece a esta diócesis de Zárate-Campana, así como por el bien de la comunidad diocesana, hechas las consultas pertinentes, se le ha comunicado que en adelante no tiene autorización para residir en esta diócesis”.

Quién es Javier Olivera Ravasi, el cerebro detrás de la visita de los legisladores libertarios a los represores

El sacerdote Ravasi es considerado el cerebro detrás de la visita de un grupo de legisladores libertarios a los represores condenados, en el penal de Ezeiza. Es hijo de Jorge, un represor preso. El religioso nació en 1977 en San Juan, donde estaba destinado su padre Jorge como jefe de Inteligencia del Regimiento de Infantería de Montaña 22. Se le atribuye haber sido el jefe de un grupo de tareas que secuestró y torturó a decenas de personas, muchas de las cuales permanecen desaparecidas. En 2007 fue condenado en la “Megacausa San Juan” por 200 secuestros, torturas, violaciones y desapariciones y hoy está con prisión domiciliaria.

El sacerdote inició sus estudios universitarios cursando sociología, pero dejó. “El adoctrinamiento izquierdista que proponían los profesores me causó repulsión”, dijo. Tras dar por finalizado un noviazgo, ingresó en San Rafael, Mendoza, al nutrido seminario del Verbo Encarnado, una comunidad muy conservadora que tuvo años atrás serios cortocircuitos con la Conferencia Episcopal Argentina.

Olivera Ravasi se apartó del Verbo Encarnado cuando trascendieron las denuncias que él había motorizado por abuso sexual cometido por su fundador, el padre Carlos Buela, que fue apartado por el Vaticano y terminó recluido en una residencia religiosa España. En 2016, fundó la orden de San Elías, de perfil similar al Verbo Encarnado, y se estableció en la diócesis de Zárate-Campana.

Como marco jurídico, Olivera Ravasi cuenta con la Fundación San Elías, con sede en un palacete de la calle Montevideo al 800, en Barrio Norte. De gran actividad en las redes sociales, en las que se expresa sin filtros, cuenta con más de 80 mil seguidores en X y 405 mil suscriptores en su canal de YouTube. En su último vivo, el 6 de agosto, tuvo más de 175 mil visualizaciones.

Precisamente, en su sede porteña, Olivera Ravasi tuvo el 14 de marzo una reunión clave con legisladores y juristas en la que empezó a tomar cuerpo la estrategia para lograr la prisión domiciliaria de los represores. La llegada de Javier Milei a la presidencia y su antigua relación con la vicepresidenta Victoria Villarruel lo alentaron a avanzar en pos de ese objetivo.

Tres días antes había posteado en X: “Si quieren a los militares argentinos en las calles de Rosario: 1) Indulten a los ancianos militares o anulen los falsos juicios de lesa humanidad, 2) Reparen la venganza kirchnerista que lleva más de 20 años contra los jóvenes militares que cumplían órdenes y 3) Anulen la ley de defensa de la democracia que lo impide. Si no, no la ven”.

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