Confirmaron a Javier Saavedra como autor del femicidio de Jimena Salas

El Tribunal Judicial Provincial dio a conocer los fundamentos del veredicto que atribuye a Javier Nicolás Saavedra la autoría material del crimen de Jimena Salas, cometido en 2017 en Vaqueros. El fallo se apoya en prueba genética “de certeza científica”, testimonios, pericias y el análisis del modus operandi, y sostiene que el hecho fue un femicidio cometido con planificación y extrema violencia. La Unidad Fiscal continúa investigando la posible participación de otro hombre y analiza la absolución del resto de los imputados.

El Tribunal, integrado por los jueces José Luis Riera, Mónica Faber y Maximiliano Troyano, explicó que, aunque Saavedra fue sobreseído por fallecimiento, era “procedente” determinar su rol en el hecho para reconstruir históricamente lo ocurrido. Bajo el principio de unidad de la prueba, resolvieron valorar todo el material producido en el juicio oral y público y en la investigación original.

Entre los puntos centrales, los jueces describen el ardid del “perro perdido” como el mecanismo de aproximación del agresor: un hombre que, cuatro días antes del crimen, se presentó en otra vivienda de Vaqueros con un caniche gris buscando supuestos dueños, bajo el nombre falso de “Matías”. La vecina que lo atendió tomó fotos del animal y registró un número casi idéntico al celular de Saavedra. Para el Tribunal, ese patrón se repitió luego en la casa de Jimena Salas, donde el mismo recurso habría generado confianza y facilitado el ingreso.

La prueba genética es señalada como “la más trascendental y concluyente”. De 17 muestras biológicas levantadas en la escena —en el teléfono destruido, picaportes, muebles, piso, acolchados y en la remera Hello Kitty de una de las hijas de la víctima— se obtuvo un perfil masculino (H1) que coincide de manera absoluta con el ADN de Javier Saavedra. El informe fue firmado en conjunto por la perito oficial del CIF y la genetista propuesta por la defensa, sin objeciones técnicas. Los índices de probabilidad, según el fallo, alcanzan valores que descartan error, azar o contaminación.

A la vez, se detectó un segundo perfil masculino (H2) aún no identificado, lo que refuerza la hipótesis de al menos dos agresores. Paralelamente, el Tribunal valoró testimonios de la exnovia de Saavedra y de excompañeros universitarios, que reconocieron al perro, el auto y la fisonomía del imputado en las imágenes difundidas años después. También se ponderó su marcado interés en el caso en búsquedas de internet y su cambio de aspecto y de rutina tras la difusión pública de las fotos del hombre con el caniche.

Las pericias médicas reconstruyen un ataque de enorme brutalidad: más de 50 lesiones entre heridas y golpes, uso de al menos dos armas blancas distintas y múltiples estocadas en la zona lumbar, brazos y torso. El Tribunal definió el hecho como “la manifestación más grave de la violencia de género”, un femicidio caracterizado por la saña, el aprovechamiento de la vulnerabilidad de una mujer sola con sus hijas y la decisión de asegurar la impunidad mediante la eliminación de huellas y la sustracción del teléfono de la víctima.

En el plano psicológico, la pericia sobre Saavedra lo describió con rasgos de personalidad psicopática, ausencia de empatía y culpa, tendencia a la manipulación y al pasaje violento al acto, sin pérdida del juicio de realidad. Para los jueces, este perfil es coherente con la planificación del engaño, la violencia desplegada y sus conductas posteriores al crimen.

El Tribunal concluye que Javier Nicolás Saavedra actuó con “dominio pleno del hecho”, en coordinación con al menos otro varón, y que el ataque no fue un exceso casual en un robo, sino la culminación de un plan que combinó desapoderamiento y violencia extrema. La Unidad Fiscal, por su parte, informó que continúa con medidas de investigación, incluidas pericias científicas y cooperación internacional, y que analiza los fundamentos de la absolución de los restantes imputados para evaluar eventuales recursos.